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Con la inestimable colaboración de Ignacio J.

martes, 18 de junio de 2013

Haciendo y deshaciendo...

Unas de mis primeras flores






Algunos de nosotros llevamos unos cuantos años, o meses, haciendo fotografías. ¿Os acordáis de vuestras primeras fotos? Si las comparamos con las de ahora ¿han mejorado? Seguro que sí. Y eso que en su momento fueron un orgullo para el autor y no las había mejores, aquello era insuperable, no entendimos como no tenían un éxito arrollador en los foros… Ahora ya las vemos ¿malas?, bueno… regulares.



Poco a poco hemos ido aprendiendo técnicas y truquillos para que nuestras imágenes vayan siendo “más profesionales”, para que gusten más, hagan reflexionar, para que esas fotos de las vacaciones tengan un algo distinto a las de los demás. Ya son mejores.

Nos lleva tiempo, del dinero ni hablamos, pero nos gusta. Es evidente que no nos vamos a hacer profesionales, ni a vivir de ello (bueno, quizá alguno de vosotros), que es más bien un hobby que nos distrae y del que estamos orgullosos; con el que aburrimos a nuestros amigos que no sienten esa pasión, pero que quizá con nuestros comentarios hallamos conseguido que alguno de ellos se anime y nos acompañe en nuestras escapadas fotográficas. Es un buen tema de conversación y de distracción. En fin, que casi todo son ventajas, porque de los madrugones, el frío, la desesperación, la búsqueda de información, el tiempo que nos lleva buscar el lugar, el ángulo, la luz… para igual volver a casa sin nada decente… de eso es mejor no hablar. ;-)


Foto número 52 de Ignacio J. al que parece que ya le llamaba la fotografía conceptual
Algunos, después de un tiempo con una compacta, nos animamos a entrar en el mundo réflex y casi tenemos la sensación de que hacíamos mejores fotos antes. Pero es que, claro, ahora ya hay que saber un poco más, la cámara no hace el trabajo sola, ya somos más exigentes, tenemos que poner nuestros conocimientos a prueba, seguir aprendiendo y mejorando, aunque bien es cierto que poco a poco ya no tenemos que pensar tanto antes de hacer una foto, la mano se nos va ya sola hacia los parámetros necesarios en un determinado momento. 

Es posible que de aquellas primeras fotos ya no nos quede ni un solo píxel, pero si fuera así ¿os animáis a subirlas? Estaría encantada de poder ilustrar este artículo con vuestras aportaciones. Desde luego soy la primera en contribuir. Ah! y de nuestro colaborador también he encontrado algún trabajillo de cuando empezó, también con una compacta.

Correo: airamoly@gmail.com para todo aquel que quiera colaborar



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domingo, 9 de junio de 2013

Balance de blancos



¿Qué es el balance de blancos?


Aparentemente nosotros siempre vemos los objetos del mismo color, pero no es así. Siempre recordaré la imagen de una mujer saliendo a la calle para ver el color real de una tela, ya que dentro de la tienda “no es el mismo”.

Intentaré explicarlo de una manera sencilla, como nos gusta en este blog.

Imaginar un papel blanco al que iluminamos con una luz roja, lo vemos de color rojo. Si ahora el mismo papel lo iluminamos con una luz azul lo veremos azulado.

Pues lo mismo pasa con la luz artificial, no tiene el mismo “color” la luz de una bombilla que la luz de un tubo fluorescente, o la de un flash, o las farolas de las calles.

Así mismo no es igual el “color” de la luz al amanecer que al mediodía, no es lo mismo en un día soleado o en uno sombrío.

Aquí vemos cómo cambian los colores dependiendo del balance escogido

Nuestras cámaras permiten ajustar el balance de blancos para que nuestro resultado final sea el más ajustado a lo que vemos con los ojos, corrigiendo la dominancia de un color u otro según los diferentes tipos de luces, es lo que se conoce como temperatura de color. La cámara lo “ve” de manera muy diferente ya que están calibradas para identificar como “luz blanca” la luz solar, y evidentemente nuestro cerebro funciona mejor.



Recordar que en este artículo http://airamoly.blogspot.com.es/2013/01/arte-con-la-camara-iii.html cambiamos el color de una manzana simplemente variando el balance de blancos de la cámara, “engañándola” de manera creativa.

Si no os queréis complicar os sugiero que escojáis el balance de blancos automático en la cámara (AWB), la mayoría de las veces funciona. Pero como nosotros siempre queremos ir un poquito más allá, la próxima vez que tengáis un paisaje maravilloso delante, probar a poner el balance en “sombra” o en “nublado” y luego lo comentamos.

Los que trabajamos en formato RAW siempre podemos variar el balance de blancos en la postproducción, pero se aprende más y es más divertido trabajar con los parámetros de la cámara, "estrujarnos el cerebro".


Texto y fotos de Ignacio J.

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